top of page
EXILIO
¿Cómo aceptar
Esta imperdonable orfandad
Del exilio?
Todo en este lugar
Donde hemos llegado,
Tiembla al borde
De mostrarse enemigo.
La falta de lo que dejamos
—los lugares, la gente—
Se me enrosca,
Soldada como la tapa oxidada de un frasco
En los vericuetos de las células.
Aunque sé muy bien
Que no surcan mi cara
Hondas fisuras invisibles,
Las siento abiertas,
Ávidas de la carne faltante
Debajo de la piel.
ALQUIMIA
En vez de convertirme en ruinoso,
Blando remedo
De lo que fue mi cuerpo,
Que se fueran desmoronando
Poco a poco, las vestiduras
—Piel, carne, vísceras—
Hasta quedar solo el armazón desnudo:
Entelequia
De cables empatados con finos alambres,
Filamentos componiendo la estatua vacía.
En el centro
Del bastidor desierto
Seguiría ardiendo
Aún más fieramente el fuego.
INSOMNIO
Las palabras me saben a ceniza,
Caen como vidrios destrozados
En la casa vacía.
Nada es mío.
No poseo mi piel,
No tengo lágrimas.
A nadie puedo culpar
De haber llegado a albergar estas serpientes
En el pecho.
Si alguien supiera tocarme
El corazón empecinado,
Sólo se mancharía los dedos
De estéril
Polvo de reliquia,
Marrón, oscuro, milenario.
bottom of page